Directo del gimnasio, este joven cachorro musculoso corre al sex-club. Tiene su sesión semanal con su amo y dueño. El amo espera, con el pecho desnudo, los músculos abultados, oliendo a sexo y dominación. No hay duda de quién es el jefe. El joven deportista sabe cuál es su sitio. Le encanta dar sus pezones, pelotas y polla para ser adorado o usado... Vive para ser un esclavo, recibiendo polla por los cuatro costados, ofreciendo su suave culo de burbuja para un duro asalto.