Relajado en el banco del médico, Leo Foxx espera descubrir su destino. Esperando tener la oportunidad de convertir a Leo en un cliente habitual de Mill Factory, Sebastian planea darle el masaje de su vida. Mientras Leo y Sebastian disfrutan de una larga fumada, Sebastian le da vida a la polla de Leo con un atormentador y lento masaje que hace que Leo gima de placer. Pitillo tras pitillo, Sebastian lleva a Leo al borde una y otra vez antes de frenar casi hasta detenerse. Lleva a Leo a un clímax intenso que se traduce en un chorro tras otro de semen del chico heterosexual sobre su cara y su cuerpo.