Un joven acaba de comprar una revista porno y un consolador en el sex-shop del centro comercial local. Se encierra en uno de los cubículos para probar su nuevo juguete cuando dos agentes de seguridad le pillan in fraganti. Le esposan, sacan sus grandes pollas y empiezan a usar su boca y a destrozar su culo contra el urinario para finalmente bañar al pobre chico con sus fluidos.