El misterioso Dimitri llega con la polla cargada y listo para ser complacido, y el pequeño Antu desnudo no tiene muchas opciones. El jovencito está bien atado y con los ojos vendados, recibiendo las bofetadas del dom y chupando obedientemente la polla cada vez más gruesa que se le presenta para que la adore. Con el pelo tirado y la boca llena, el jovencito se traga la polla chorreante que tiene en la cara, esforzándose por complacer al misterioso amo. Agachado para que le laman el agujero, el jovencito se somete por completo y la polla se hunde entre sus nalgas para penetrarle hasta el fondo. El maestro Dimitri reclama el agujero del jovencito azotado para su placer hasta que su cautivo suplica por su crema, el sabor del semen del maestro hace que Antu estalle su propia leche de su polla.