Ha venido a la mazmorra de este dominante papá gay con la intención de que le den una dosis. Pero va a tener que ganarse su esperma, y hay más por venir. El papi ha sido muy claro: sólo le gustan los pasivos experimentados, obedientes o muy motivados, que no se acobardan y aceptan su posición de sin pelotas. Los pasivos son buenos alumnos, entregados a la polla, con el culo bien abierto y disponibles. Se dejan meter el puño y follar. Pero entonces llega una segunda pasiva y la competencia va a ser feroz. Papi se va a follar estos dos culos, pero ¿quién se va a quedar con el grande?
