Estos chicos gay se han entregado a los dominadores para ser entrenados como cachorros sumisos. Con una correa, a cuatro patas, se preparan para ser follados por muchos hombres. Como viven con correa, están cachondos todo el tiempo y en cuanto ven a un dom empiezan a lamerle las botas o a chuparle la polla mientras arquean el culo para pedir sexo anal. Buenos chicos que adoran su nuevo lugar.