Encadenado al suelo del almacén y sin poder escapar de su interrogatorio y castigo, el jovencito británico Calvin Croft está a merced del dominante Ashton Bradley mientras el cruel chico le echa cera caliente por todo el cuerpo. Su polla está enjaulada y es incapaz de ponerse dura, ¡aunque sabemos que necesita correrse! Sumergido en agua y meado por todas partes, el pobre chico se queda jodido al final.