Kenzie Madison, miembro del equipo, estira el cuerpo de Bailey Onlice hasta que el chaval suplica que no le destrocen. Pero no puede evitar mostrar que encuentra atractiva a Kenzie - en medio de su dolor, su polla permanece dura como una roca y goteando pre-cum mientras pide un poco de atención. Kenzie, sin corazón, se burla del chico, se quita la camiseta y frota el cuerpo desnudo y la polla de Bailey. Tan excitado, Bailey no requiere casi ninguna atención para ser capaz de liberar una poderosa carga de semen que se dispara un metro o más de su cabeza de polla hinchada. Drenado, Bailey es entonces obligado a chupar la polla de Kenzie. Kenzie lo remata meando sobre él mientras se arrodilla como una mascota a sus pies.