Historias de sexo

Historias sexuales escritas por clientes.

Nate y el sobrino de su novia, Simon
Publicado 08/04/2025
"¡Basta, chicos!" Nate gritó mientras sus compañeros de trabajo, Harvey y Tony, le inmovilizaban los brazos, mientras Mike le arrancaba las puntas de las alas, agarrándole las pantorrillas. "¡Esto no es divertido!"

Harvey se rió entre dientes: "Has perdido la partida de cartas, Nate. Las reglas eran claras: los ganadores hacen lo que sea al perdedor".

"Bien, ¿pero atarme?" Nate se enfadó mientras Mike lo despojaba de sus calzoncillos, calcetines y camiseta. Mike sacó una cuerda de su mochila y lo arrastraron hasta una escalera del salón.

"¿Siempre llevas cuerda?" espetó Nate.

"Nunca se sabe cuándo voy a atar a un amigo", sonrió Mike.

Lo ataron con fuerza: los brazos a los lados, los pies con calcetines negros pegados a la escalera. El sobrino de mi novia, Simon, se queda aquí. Está enamorado de mí, ¿y si me encuentra así?".

El trío sonrió satisfecho. Harvey picoteó la mejilla de Nate, bromeando: "Tal vez te haga una paja antes de que te desate".

"Vete a la mierda", gruñó Nate cuando se fueron, dejándole forcejeando. "¡Tengo que mear como un loco!"

Veinte minutos después, Simon entró. "¡Mierda, Nate! ¿Robo?"

"No, los gilipollas de mis amigos me ataron después de perder a las cartas", gruñó Nate. "Desátame".

Simon sonrió, mirándolo de arriba abajo, lamiéndose los labios. "Todavía no. Se apretó contra Nate, polla contra polla, y lo besó. Nate se resistió, luego se derritió, las lenguas se enredaron, saboreando menta y hierba.

Simon arrancó la camiseta de Nate, pellizcando sus pezones. "Bésame", susurró. Nate obedeció, excitado. Simon le rompió los calzoncillos y le olisqueó la entrepierna. "Tan jodidamente musky", gimió, lamiendo el semen.

"Simon, mi polla nunca ha estado tan dura", jadeó Nate. Simon se la chupó hasta el fondo, tirándole de los huevos. Nate empujó, descargando una gruesa carga en la garganta de Simon. "¡Joder, estás loco!", gimió mientras Simon se tragaba hasta la última gota y le lamía la raja, bebiéndose su orina.

Más tarde, sin ataduras, Nate volvió a besar a Simon, con su secreto sellado. "Nunca se lo digas a Gina", le dijo. Simon sonrió, mirando el culo de Nate. Pronto, la lengua de Simon estaba en el agujero de Nate, y luego su polla, machacándolo con fuerza. "Fóllame", gimió Nate, corriéndose de nuevo mientras Simon lo llenaba.

Simon llamó a Harvey más tarde: "El plan funcionó. Se ha calentado para vosotros en la oficina".

Not The End